banner
Centro de Noticias
Entrega rápida

Techos para Arquitectura Residencial: Beneficios y Desventajas de Cada Material

Jun 30, 2023

Más que simplemente ocultar y proteger instalaciones, el revestimiento de techos puede transformar la percepción de un entorno. Combinando funcionalidad y estética, este elemento, además de servir como soporte para la iluminación, puede agregar capas de textura y colores que mejoran la calidad y el confort interior. Factores que varían dependiendo del material elegido. Por tanto, comprender sus diferencias, beneficios y desventajas es fundamental a la hora de diseñar espacios internos.

+ 9

Capacidad de aislamiento térmico y acústico, durabilidad, mantenimiento y relación coste-beneficio son algunas de las características a tener en cuenta a la hora de elegir un techo. En el diseño de este elemento y la elección del material se pueden aportar diferentes cualidades, como potenciar la iluminación natural, evitar la propagación del fuego en caso de incendio o crear un elemento estético que cobre protagonismo en el ambiente. Todo ello sin olvidar el papel vital de organizar los sistemas hidráulicos y eléctricos de forma que hagan más manejable el mantenimiento, al no estar incrustados en el forjado y la iluminación artificial. Con infinitas posibilidades de diseño, el techo puede aportar elementos innovadores y sorprendentes al espacio.

A continuación se detallan los pros y los contras de seis tipos de revestimiento de techo para proyectos residenciales.

El techo más barato del mercado, el PVC, es un polímero plástico sintético. Su instalación es rápida y no necesita acabados, y sus modelos pueden ser lisos, estriados o especiales (cuando imitan otros materiales). Sus cualidades materiales son muy resistentes a la humedad y permiten una fácil limpieza. Sin embargo, este tipo de techo no ofrece un aislamiento acústico y térmico eficaz y tiene una baja resistencia al fuego, por lo que conviene evitarlo en zonas con cocinas, chimeneas o barbacoas.

Probablemente la opción más común por su buena relación costo-beneficio, el techo de yeso tiene dos tipos: el tradicional (no modular), que se compone de pequeños paneles que se alinean y luego se cubren con un compuesto de yeso, dando la impresión de una sola pieza, y drywall (placa de yeso), que se compone de paneles de mayor tamaño envueltos en cartón o papel, cuyo montaje se realiza a través de una estructura metálica. Ambas instalaciones son fáciles y rápidas, provocando normalmente una ligera bajada de la altura del techo. Sin embargo, proporcionan un buen aislamiento acústico y térmico, así como la posibilidad de crear diseños de techo a través de cornisas o crear huecos, y ocultar instalaciones y elementos estructurales. Los inconvenientes están en el mantenimiento del material, que es poco resistente al agua -por lo que no se recomienda para zonas húmedas-, además de que puede presentar grietas o amarillear con el tiempo.

No es la solución más barata, pero sin duda añade valor estético al proyecto. Los techos de madera aportan calidez y comodidad. Ofrecen un aislamiento térmico y acústico superior según su instalación. Pueden recibir diferentes acabados y son bastante duraderos dependiendo de la madera utilizada. El principal problema reside en el mantenimiento periódico que requiere el material, tanto para la prevención de plagas como para la protección frente al agua o la exposición solar.

Prácticamente una variación de los techos de madera, es posible adoptar materiales naturales y más sostenibles como la paja y el bambú para los techos. Se utilizan habitualmente, especialmente en zonas exteriores, y es importante seguir las recomendaciones de mantenimiento para garantizar su durabilidad.

Los techos metálicos son bastante versátiles. En láminas planas o barandillas, pueden recibir diferentes acabados que aportan diferentes diseños, texturas y colores al ambiente. Con los cuidados necesarios, el material se vuelve bastante resistente a la intemperie, la humedad y a las bacterias, hongos e insectos. Sus desventajas son el bajo aislamiento térmico y acústico, así como la baja resistencia al aire del mar, por lo que se evita el metal en las regiones costeras.

En algunos casos, una fina losa de hormigón armado puede funcionar como techo. Protege el ambiente de la entrada de plagas, pero su principal beneficio reside en el confort térmico y acústico que aporta, ya que crea una doble capa de aislamiento respecto al exterior.

Equipo de ArchDailyDiogo Simões